La SEGURIDAD, no obstante ser después de la vida y la libertad, uno de los bienes jurídicos más protegidos por los Derechos Humanos y las Constituciones democráticas del mundo, y aun cuanto es sabido que ella constituye la base fundamental del DESARROLLO, en los países menos desarrollados, entre ellos Paraguay, hasta hoy no ha sido objeto del estudio y la atención que se merece.
En lo atinente a la SEGURIDAD CIUDADANA, el concepto ha cambiado considerablemente, tendiendo a dejar de ser competencia exclusiva del Estado. La sociedad civil está evolucionando hacia una concientización del problema y trata de organizarse para desarrollar acciones más efectivas, acorde a sus necesidades. Una vía muy efectiva está siendo la integración de los cuerpos policiales con vecinos de sectores específicos. Hay experiencias exitosas al respecto. Se citan los ejemplos de la Policía Comunitaria del Japón, la Policía de Proximidad de España y la Policía británica. En Paraguay hay tentativas muy incipientes en tal sentido.
El problema ha tomado dimensiones tales que rebaza acciones coyunturales. No basta con dar respuestas drásticas por parte del Estado (aumento de la cantidad de policías en las calles, por ejemplo, lo cual no es sino evidenciar aún más la inseguridad). Las asociaciones civiles, es cierto, en coordinación con los órganos de seguridad, toman algunas medidas que minimizan en algo su expresión, pero le corresponde al Estado las acciones más importantes, considerando que el problema de la seguridad pública deriva de la problemática de la seguridad social. En la medida que se pueda dar respuestas integradas al problema de la salud, educación, capacitación, trabajo, recreación, etc., se incidirá favorablemente en el problema de la seguridad pública. Una vía de acción prioritaria es la prevención. Lamentablemente el presupuesto asignado a PREVENCION es exiguo para desarrollar programas al respecto. El área de prevención es amplísima, abarcando aspectos relacionados con la educación en el hogar, en la Escuela Primaria y en el Colegio Secundario, satisfacción de las necesidades primarias de la población, la reinserción a una vida sin delinquir de ex delincuentes, etc.
En algunos países, Paraguay entre ellos, el Estado carece de una POLITICA DE SEGURIDAD a nivel nacional. Por tanto, sus órganos de seguridad, como es de suponer, actúan como "molinos de viento", ya que carecen de un "Norte" hacia donde dirigir, de modo coherente y planificado, sus esfuerzos.
Podemos decir en conclusión, que los temas referidos a la SEGURIDAD están adquiriendo cada vez ribetes de mayor trascendencia y deben ser objetos de profunda reflexión, no solamente por parte de las autoridades representativas del Estado, sino de la ciudadanía que ansía vivir en paz y tranquilidad. La democracia no significa debilidad frente a la delincuencia. Es inadmisible que DEMOCRACIA sea sinónima de INSEGURIDAD. La SEGURIDAD es derecho de los ciudadanos. Es deber del Estado garantizarla.
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